jueves, 16 de octubre de 2008

En el Jardín de los Niñitos Pobres

Comprendo de pronto
Que la historia recordara mis tiempos
Como una época de brutos y enajenados.

Comprendo de pronto
Que el subdesarrollo es una condición intrínseca
Al tercer mundo
Una sombra tanto o más oscura
Que las noches de la América latina.

Escondo dos tazas de amargura
Y una pizca de ideología
Entre las tapas de un libro.

Me llaman para el rezo de las doce
El ángelus,
Un padre nuestro y unas cuantas aves marías.

Después de comer me acuesto en el piso
A tomar el sol,
A beber la tarde
De las primeras tardes de invierno.

Esto del complejo de lagartija
(Léase: la antigua costumbre de tomar el sol en los días de frío)
Tiene la ventaja de la observación pasiva y perenne

Resurge en mí de nuevo
La depresión de los suburbios,
La angustia esa de ser la copia barata
De un envilecido sistema de panes y peces de plástico.

Resurge en mí de pronto
La perfecta conciencia de
Nuestra hambre periférica.
De nuestra temperatura fueguina
De nuestras lágrimas saladas.

sábado, 11 de octubre de 2008

El Origen de la Insurgencia

(Poética y de la Otra)
Me piden que escriba un poema.
Algo poderoso, algo social.
Un poema que hable de nosotros los pobres.
De los niños sin zapatos
De las casas de cartón
De los pasajes inundados.

Me piden que escriba
Sobre las 120 lucas mensuales,
De las 12 horas de trabajo intenso
De la humillación,
De la piel oscura.

Me piden que me ría un poco
De los chistes del gobierno,
De las tasas de interés, de la escasa cesantía
Y de lo graciosos que resulta eso del país en vías de desarrollo.

Y escribo un poema
Y me río, y me río con ganas.
Y lloro,

Una cerveza señores!
O un poco de agua para reírme con muchas, muchas más ganas.
Agua señores para decirle a ese de la cruz
Que lo transforme en vino.

3, 15, 40 minutos.5 horas.
Y saben algo? No sucede nada.
El mismo tipo se queda ahí,
En su cruz, mirando al cielo
Mientras el agua sigue siendo tan incolora como siempre.

Salgo a la calle a buscar un poco de vino
Y saben que encuentro señores?
Los mismos chicos de siempre sentados en la cuneta
Macheteando para un cigarro suelto.
Las niñitas con pubertad precoz,
Los sátiros escondidos en los árboles.
Las chicas con corbata,
Mi ex con taco alto.
La profesora de religión en la esquina
Moviendo su cartera.

En cada cuadra una iglesia evangélica,
En cada barrio una iglesia católica,
En cada casa un pendejito fumando marihuana.

Esto es chile, señores?
Es este el país de allende?
El de las grandes alamedas?
Es este el país de poetas?

No puedo escribirle un poema a la luna
Mientras un viejo borracho gime en el suelo.

Camino, escapando de todo esto.
Al medio de la calle hay una barricada.

Los observo de lejos:
Son los locos…
La escoria de la sociedad.

Me acerco:
No tienen vino, ni cerveza.
Tienen fuego: calor para esta noche fría.
Me dicen que son exiliados,
rebeldes
incomprendidos.

Los locos ya no tienen lágrimas para llorar
Y parece que yo tampoco.
Les cuento sobre mi búsqueda frenética
Y ellos... me dan la bienvenida.

De este mundo que gira rápido
Prefiero quedarme fuera.
Sin vino, sin cerveza,
Sin plata para comprar.

Después de todo escribo un poema social.
Ya no me río

Ya no lloro.

jueves, 9 de octubre de 2008

Primera: Rito de Iniciación


La llegada a la selva

El primer día en la selva
Suele ser pacifico;
Todos ordenados, limpios, obedientes…

Es el momento de unirse a los más fuertes,
De comenzar con las tribus, el orden social,
Es el principio de la rutina esclavizante
Donde cada animal primitivo
Coexiste con la decencia impuesta en casa.

Y es así, simplemente,
Los que quedamos afuera por ser débiles
Deambulamos por los pasillos,
Escondidos de estos grupos,
De estos animales,
De estas aves de rapiña.

Pero claro, en el orden de la selva
El más fuerte suele ser el más idiota
El que abusa de nuestros huesos débiles
El que se ríe de nuestros poemas pobres,
El que termina exiliándonos de las ligas sociales.