jueves, 16 de octubre de 2008

En el Jardín de los Niñitos Pobres

Comprendo de pronto
Que la historia recordara mis tiempos
Como una época de brutos y enajenados.

Comprendo de pronto
Que el subdesarrollo es una condición intrínseca
Al tercer mundo
Una sombra tanto o más oscura
Que las noches de la América latina.

Escondo dos tazas de amargura
Y una pizca de ideología
Entre las tapas de un libro.

Me llaman para el rezo de las doce
El ángelus,
Un padre nuestro y unas cuantas aves marías.

Después de comer me acuesto en el piso
A tomar el sol,
A beber la tarde
De las primeras tardes de invierno.

Esto del complejo de lagartija
(Léase: la antigua costumbre de tomar el sol en los días de frío)
Tiene la ventaja de la observación pasiva y perenne

Resurge en mí de nuevo
La depresión de los suburbios,
La angustia esa de ser la copia barata
De un envilecido sistema de panes y peces de plástico.

Resurge en mí de pronto
La perfecta conciencia de
Nuestra hambre periférica.
De nuestra temperatura fueguina
De nuestras lágrimas saladas.

1 comentario:

Alex Seprañéz dijo...

jajjjaj XD ke recuerdos mñás divetidos ya kla vez estremecedores... la volaita... los niñitos pobres!! xD yaa cuidate amiga! tkm!