miércoles, 26 de noviembre de 2008

11 (poema en tres actos)

I


Esta noche en casa todos tenemos miedo…
Afuera se escuchan balazos, bombas,
Gente corriendo, los aullidos de los perros.

Han cortado la luz
La radio a pilas esta encendida:
Cooperativa informa;
Manola Robles desde algún punto
Nos habla en vivo.

La sirena de aquellos hombrecitos
Provoca el caos:
Ahora se escuchan
Bombas, gritos, armas, tanques…

En medio de la calle hay un niño muerto
La madre grita desconsolada,
El padre es asesinado.

Por el surco de la puerta vieja
Los contemplo en silencio
Y escondida en un rincón
Mi madre llora en silencio.

El odio empieza a consumirme…



II

Esta noche en casa todos saldremos a prender barricadas,
A tirar cadenazos a los postes de luz
A tirarle piedras a los hombrecitos.

Mi madre reparte limones y dulces de menta
En medio de himnos de revolución

En medio del caos hay una casita vieja
Una niñita observa asustada por el surco de la puerta…

Esta noche vamos a cambiar el mundo,
Esta noche vamos a cambiar este suburbio oscuro
Esta noche destruiremos toda la basura que colma nuestras calles.

Esta noche
Tenemos que, como sea
Huir de la muerte temprana.

Esta noche destruiremos el camuflaje del animal asesino
Y toda su fauna de insectos voraces
Y los zorrillos
Y los guanacos
Y los carniceros
Y su jerarquía.


III

Esta noche en casa todos vemos la televisión
Hablan del lumpen, de los vándalos,
De los disturbios y desordenes…
De la respetable policía…

Las noticias hablan de economía
De golf, de farándula;
De la imagen país.
Hasta la cooperativa habla sobre deportes.

Esto es la democracia!

Esta noche nuestra generación se consume viendo la televisión…

Esta noche nos pusimos viejos,
Olvidamos las causas elementales
Entregados a la idea de vivir como todos

Esta noche nos pusimos viejos
Y con amargura
Y con amargura
Y con amargura

Apagamos la radio y encendimos la televisión.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Noticias del Extranjero


Cuando supe que Ramiro había matado a Aureliano
Sentí los balazos en la espalda.

Sentí el dolor ese, en el pecho,
De cuando cae el más cercano de los compañeros.

Sentí el dolor ese de las sombras,
Ese sabor amargo que queda en la boca
Cuando nos enteramos del compañero corrompido.

Sentí la sed de poder en la mirada de Ramiro,
Esa prepotencia de aquellos que se hacen llamar comunistas
Y que reducen números todo cuanto pueda hablarse de marxismo.

Esa noche, la mas clara de todas las noches, de estos días oscuros,
Sentí- ya no como un deber, sino más bien como la más urgente de todas las necesidades-
Empuñar un fusil y comenzar la revolución.

martes, 11 de noviembre de 2008

Poema de Requiem

Hoy salí de casa,
Encendí el enésimo cigarrillo del día
Y caminé por la calle.

Hoy quería estudiar filosofía
Para morir por una idea
Hoy llore al darme cuenta
De que las únicas ideas verdaderas
Son las que habitan en el corazón.

Hoy escuche llorar a mi corazón:
Me dijo que ya no tenía verdades
Me dijo que Dios, la moral y el sol, habían muerto.
Me dijo que la gente no quería quererse.

Hoy Quería creer en el silencio
Quería que todos se callaran
Quería que la noche fuese verdadera.

Hoy camine por el suburbio cotidiano
Hoy escuche ladrar a mi conciencia
Me ladró sobre lo absurdo de la existencia
Me ladró como un perro enrabiado
Me ladró para que me olvidara del asunto ese de suicidio.

Hoy mire hacia el cielo y no ví la luna
Hoy tuve ganas de vomitar
Era mi estomago vomitando odio
Me acusó de ser la culpable de su dolor
Dijo con melancolía
Que hace muchos años lo habitaban
Mariposas rosadas,
Pero que un día yo había decidido asesinarlas
Dijo que desde ese día las mariposas
Habían comenzado un proceso putrefacto
Dijo que por mi culpa,
Por mi culpa,
Por mi gran culpa
Los gusanos se lo estaban comiendo.


Hoy seguí caminando por la calle con la mitad de mi cuerpo.


Hoy quise cantar una canción
Y no me salio la voz
Mi garganta Decidió apagarse
Decidió dejar de predicar mentiras
Decidió dejar de transmitir huevadas
Decidió que había tenido suficiente con tanta palabrería inútil.


Hoy por primera vez me sentí sola en medio de la multitud
Hoy busque la mirada de un perro para que me hiciese compañía

Hoy, Mis ojos se llenaron de sangre
Mi boca se lleno de sangre
Mis manos se mancharon con mi propia sangre.
Mis hombros se cansaron de llevar el dolor de mi pasado
Mis manos se cansaron de escribir
Mis piernas no resisten la agonía amarga de otro poema escrito en prosa.

Paulatinamente este paseo nocturno me obliga a dejar de ser

Hoy encendí el último cigarrillo
Que mis pulmones pueden resistir
Hoy me tome la última cerveza
Que mi hígado puede absorber

Hoy descubrí que mi única verdad es carecer de verdades suficientes

Finalmente,
Termino perdida en una calle lejana
Termino perdida en una oscuridad perpetua
Termino con el cuerpo separado en partes

Hoy, termino comprendiendo que el único sentido de todo esto
Es darme cuenta de que no existe un sentido
Y que al final,
Cada uno se inventa sueños
Para hacerse el propio final de la existencia
Algo menos doloroso
Algo menos terrible.

Hoy quise jugar a ser dios
Hoy le pedí a la muerte que viniera a buscarme…

Hoy descendí por las escaleras de mi propio infierno.

jueves, 16 de octubre de 2008

En el Jardín de los Niñitos Pobres

Comprendo de pronto
Que la historia recordara mis tiempos
Como una época de brutos y enajenados.

Comprendo de pronto
Que el subdesarrollo es una condición intrínseca
Al tercer mundo
Una sombra tanto o más oscura
Que las noches de la América latina.

Escondo dos tazas de amargura
Y una pizca de ideología
Entre las tapas de un libro.

Me llaman para el rezo de las doce
El ángelus,
Un padre nuestro y unas cuantas aves marías.

Después de comer me acuesto en el piso
A tomar el sol,
A beber la tarde
De las primeras tardes de invierno.

Esto del complejo de lagartija
(Léase: la antigua costumbre de tomar el sol en los días de frío)
Tiene la ventaja de la observación pasiva y perenne

Resurge en mí de nuevo
La depresión de los suburbios,
La angustia esa de ser la copia barata
De un envilecido sistema de panes y peces de plástico.

Resurge en mí de pronto
La perfecta conciencia de
Nuestra hambre periférica.
De nuestra temperatura fueguina
De nuestras lágrimas saladas.

sábado, 11 de octubre de 2008

El Origen de la Insurgencia

(Poética y de la Otra)
Me piden que escriba un poema.
Algo poderoso, algo social.
Un poema que hable de nosotros los pobres.
De los niños sin zapatos
De las casas de cartón
De los pasajes inundados.

Me piden que escriba
Sobre las 120 lucas mensuales,
De las 12 horas de trabajo intenso
De la humillación,
De la piel oscura.

Me piden que me ría un poco
De los chistes del gobierno,
De las tasas de interés, de la escasa cesantía
Y de lo graciosos que resulta eso del país en vías de desarrollo.

Y escribo un poema
Y me río, y me río con ganas.
Y lloro,

Una cerveza señores!
O un poco de agua para reírme con muchas, muchas más ganas.
Agua señores para decirle a ese de la cruz
Que lo transforme en vino.

3, 15, 40 minutos.5 horas.
Y saben algo? No sucede nada.
El mismo tipo se queda ahí,
En su cruz, mirando al cielo
Mientras el agua sigue siendo tan incolora como siempre.

Salgo a la calle a buscar un poco de vino
Y saben que encuentro señores?
Los mismos chicos de siempre sentados en la cuneta
Macheteando para un cigarro suelto.
Las niñitas con pubertad precoz,
Los sátiros escondidos en los árboles.
Las chicas con corbata,
Mi ex con taco alto.
La profesora de religión en la esquina
Moviendo su cartera.

En cada cuadra una iglesia evangélica,
En cada barrio una iglesia católica,
En cada casa un pendejito fumando marihuana.

Esto es chile, señores?
Es este el país de allende?
El de las grandes alamedas?
Es este el país de poetas?

No puedo escribirle un poema a la luna
Mientras un viejo borracho gime en el suelo.

Camino, escapando de todo esto.
Al medio de la calle hay una barricada.

Los observo de lejos:
Son los locos…
La escoria de la sociedad.

Me acerco:
No tienen vino, ni cerveza.
Tienen fuego: calor para esta noche fría.
Me dicen que son exiliados,
rebeldes
incomprendidos.

Los locos ya no tienen lágrimas para llorar
Y parece que yo tampoco.
Les cuento sobre mi búsqueda frenética
Y ellos... me dan la bienvenida.

De este mundo que gira rápido
Prefiero quedarme fuera.
Sin vino, sin cerveza,
Sin plata para comprar.

Después de todo escribo un poema social.
Ya no me río

Ya no lloro.

jueves, 9 de octubre de 2008

Primera: Rito de Iniciación


La llegada a la selva

El primer día en la selva
Suele ser pacifico;
Todos ordenados, limpios, obedientes…

Es el momento de unirse a los más fuertes,
De comenzar con las tribus, el orden social,
Es el principio de la rutina esclavizante
Donde cada animal primitivo
Coexiste con la decencia impuesta en casa.

Y es así, simplemente,
Los que quedamos afuera por ser débiles
Deambulamos por los pasillos,
Escondidos de estos grupos,
De estos animales,
De estas aves de rapiña.

Pero claro, en el orden de la selva
El más fuerte suele ser el más idiota
El que abusa de nuestros huesos débiles
El que se ríe de nuestros poemas pobres,
El que termina exiliándonos de las ligas sociales.